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Madal Gana a IlhanDos días después de perder el título en Madrid, Rafael Nadal debutó en el Masters 1000 de Roma ganando 6-2 y 6-0 a Marsel Ilhan un partido de una sola dirección, gobernado desde los méritos del español (muchos) y los nervios del turco, que se quedó estancado cuando el campeón de 14 grandes le enseñó el filo de sus colmillos. Ahora, tras un comienzo plácido (igualando el encuentro de 2015 en el que menos juego ha cedido, cuando derrotó por un doble 6-1 al argentino Delbonis en Buenos Aires), el mallorquín se medirá a John Isner, que domó 7-6 y 6-4 al argentino Mayer.

De entrada, Nadal descubrió a un rival valiente que le atacó sin tregua. Ilhan, con cuatro victorias en tierra y dos derrotas contra jugadores del top-10, repartió por los dos costados de la pista en el primer juego del encuentro y se procuró una bola de rotura en el segundo (1-0, 30-40) que le hizo soñar con abrir brecha en el marcador. Descarado, el 87 del mundo jugó encima de la línea y buscó lo que tantos otros: quitarle la iniciativa al español pegando sin pararse a pensar ni un solo instante. La inspiración le duró cinco minutos. Ni uno más.

El prometedor inicio del turco quedó diluido por Nadal, que domó el pulso exhibiendo el brillo de su raqueta. Propulsado por la derecha y acompañado por el revés, el mallorquín ganó 22 de los 29 puntos siguientes a la pelota de break de Ilhan, amarró la primera manga después de que su rival salvase cuatro bolas de set (con 5-1) y terminó desatado, propinándole a su oponente un 7-0 de parcial (del 5-2 al 6-2 y 6-0 que le sirvió para cerrar el duelo). Con un fabuloso 92% de puntos ganados con su primer saque y el tino a la altura de las grandes tardes, Ilhan no pudo hacer otra cosa que aplaudir.

A diferencia del año pasado, cuando arrancó sufriendo de lo lindo (consumió 3h18m para derrotar 7-6, 6-7 y 6-2 al francés Simon), 2015 le ofreció la posibilidad de avanzar sin desgastarse, consciente de que mañana (Isner) ya no será ninguna broma. El estadounidense, que hace unas semanas le exigió tres mangas en Montecarlo (7-6, 4-6 y 6-3) probará si el español está capacitado para dar continuidad a lo conseguido en Madrid.

Mientras el número siete superaba con holgura su estreno, Andy Murray derrotaba 6-4 y 6-3 a Jeremy Chardy. El escocés, que decidió participar en Roma a última hora del martes, compite por tercera semana consecutiva después de celebrar sus dos primeros títulos sobre tierra batida (Múnich y Madrid), no escuchó lo que le pedía el cuerpo (descansar) y se lanzó al esfuerzo de jugar en el Foro Itálico. Como a Nadal, el hambre siempre puede sobre la cabeza.

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